Esta más o menos a 15 kilómetros de Chiang Mai. Se no se dispone de vehículo propio se puede ir en tuk tuk, taxi o en songtew, el más recomendado. Hay muchos apostados al inicio de la carretera que conduce al templo. En moto se tardan entre 20 y 25 minutos y se hace muy agradable y entretenido. La carretera es sinuosa y hay varios miradores desde los que se pueden amplias vistas de Chiang Mai. Si estas en forma, puedes probar a subir en bicicleta. No seras el primero.
Antes de iniciar la subida conviene asegurarse que el día esta despejado para no perderse las vistas. Si no hay nubes, el templo se divisa con facilidad desde Chiang Mai.
Junto al parking hay vendedores y varios sitios para comer muy muy baratos. 2 platos de arroz con pollo, una coca cola y un sprite por 100 bahts, o sea, 2 €.
La entrada esta flanqueada por un gran buda y un gran tambor. Ahora no me sale su nombre. Antes de subir los 306 escalones que te llevan a la entrada hay muchos puestos con artesanías locales: pulseras, gorros, budas, bufandas, elefantes, etc. Resulta sorprendente comprobar que las tribus tailandesas fabrican relojes Casio. En fin, cosas de la globalización.
La entrada cuesta 30 bahts.
El Doi Suthep, fundado en 1383, es uno de los templos más sagrados del norte de Tailandia. En la parte interior del templo hay una impresionante chedi de cobre. El templo es uno de los más visitados de Chiang Mai.
Después de la visita, Kelsey, mi profesora de inglés, me llama “animal killer”. El caso es que me acerqué a lo que parecía una mega mariposa muerta. Resultó que “no estaba muerta que estaba descansando” y el notar que mi dedo se posaba sobre sus desplegadas alas, interrumpió su descanso e inicio el vuelo, con tan mala suerte, que un pájaro la vio, fue a por ella, y se la merendó. Pobracha.
Por cierto, para los más perezosos existe un tranvía como alternativa a los 306 escalones, que van fatal para el tabaco.
Interesante visita.