La felicidad, ah, ah, ah, ah…

Por el importador

Por el importador

...por el exportador...

...por el exportador...

...por el cerdo, por el olivo...

...por el cerdo, por el olivo, por el que se le ocurrió cambiar el hueso por la anchoa...

mi tesorooooooo

...mi tesooooooooooooro

San Carlos

No miento, es una tradición familiar. Aquí mi sobrina recién tarteada

No miento, es una tradición familiar. Aquí mi sobrina recién tarteada

Un truco para no echar de menos tu país, tus amigos o tu familia, es mantener algunas costumbres y tradiciones. Y ya que me esfuerzo por respetar las de aquí, no pasa nada por intentar importar algunas. Además, hacer tontadas rejuvenece el espíritu, aunque en mi caso es innecesario a todas luces.

Hoy es mi santo. San Carlos Borromeo. Dicen que este buen señor se tomó muy en serio la celebre frase de Jesús que decía: «Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por Mí, la ganará». Yo soy un fan de San Carlos Borromeo. He leído todo lo que ha publicado y tengo todas sus pelis en DVD. Menuda cabeza la de San Carlos.

Mi falta de memoria me impide acordarme de la frase completa, así que sigo a pies juntillas sólo la primera parte. Ademas, lo bueno, si breve…

Y medio limpita

Y medio limpita

Hablando de Jesús. Curioso caso. Los que lo conocen dicen que es infinitamente bondadoso y piadoso, y nada rencoroso, y sin embargo, sus representantes se pegan toda tu vida amenazando con el mayor parque temático de terror de la historia: el infierno. Y retorcido. Sólo una mujer puede ser tan retorcida. No me jodas. Si eres malo, al infierno, y si eres bueno al cielo. Que es ese sitio donde te esperan tus seres queridos, tus abuelas, abuelos, San Pedro, la Madre Teresa, Gandhi, Emilio Aragón, que menudo fiestón¡¡¡¡ ¿La recompensa es pasarme la eternidad junto a mis abuelos? Que me lo imagino como una tarde de domingo sin fútbol, viendo a todas horas Ben-Hur, Médico de familia o Verano azul. Casi es más tentador un huevo kinder, que es nuevo, de chocolate y tiene una sorpresa.

Total, que por aquello de mantener tradiciones le he pedido a Kelsey que me echara una mano. La lastima es que llegaba tarde a clase y no me ha dado tiempo de buscar una tarta en condiciones.

Al principio, Kelsey se ha mostrado reticente. Me ha costado convencerla de que era una tradición en mi familia. Ahora, una vez pastel en mano…

Por cierto. Con el inglés lento. Esta tarde voy a otra escuela. Con Kelsey voy a seguir pero creo que es necesario ir a una clase con más alumnos. Tener una profe para uno sólo esta muy bien, se aprovecha mucho. Pero tiene una pega. Si estuviera en clase con unos cuantos mastuerzos como yo, cada ejercicio se repetiría unas cuantas veces y a base de oír se me acabarían quedando más cosas.

Y hoy es nuestro último día en la academia. Otro motivo de celebración.

Nota del autor:  Censuraré sin contemplaciones todo tipo de comentarios sobre mi dulce tripita.