Primera semana

Mañana hago mi primera semana en Chiang Mai y toda va mas o menos según lo previsto.

La ciudad y los tais son como los recordaba. Chiang Mai no es especialmente bonita, su encanto radica en la forma de vida, la permanente actividad y los chianmeños. Cierto que para los budistas es el paraíso por la cantidad de tempos que hay, dos de ellos especialmente importantes, de los que hablaré con detalle más adelante. Templos, visto uno, vistos casi todos.

Masajes a altas horas de la madrugada

Masajes a altas horas de la madrugada

A ojos de un profano la arquitectura se repite una y otra vez y más allá de las connotaciones filosóficas son lugares estupendos para descansar un rato, leer o relajarte tomando un café oyendo a Carmen al natural. Y esta bien, en una ciudad con un bullicio de fondo permanente hay ratos en que se agradece un poquito de silencio. Personalmente me relaja ver a los tais practicando sus ritos budistas. Nada que ver con la lúgubre estampa de una iglesia católica. Desde el punto de la mañana hasta bien entrada la madrugada puedes comer, beber, comprar o darte un masaje, que hay de todos los precios y modalidades. En la calle hay bastantes zonas “acondicionadas” con grandes sillones o tumbonas donde relajarte mientras te hacen reflexología. 1 hora entre 60 y 120 bahts.

El hotel, el Mandala House, no esta mal. El sitio es inmejorable, a tres minutos de unas de las calles más movidas de Chiang Mai y a diez minutos de la Taphae Gate, considerada el centro neurálgico de la zona antigua, y lugar donde tiene lugar uno de los mercadillos más importantes. Las habitaciones tienen todo lo necesario para estar cómodo: aire acondicionado, baño completo, televisión y nevera. Hay wifi gratuita y disponen de dos ordenadores para el que no trae portátil. En mi primera habitación, que estaba en la planta baja, tenía una señal perfecta. En la que estoy ahora no hay forma de estar diez minutos seguidos conectado. Eso si, es más amplia y en la cama podría jugarse un partido de fútbol. Ahora me cobran 550 bahts por día y me voy a quedar hasta el domingo. Además de la falta de señal en las habitaciones de los pisos superiores tiene otro inconveniente y es que no tiene cortinas en las ventanas. No me había percatado hasta esta mañana, cuando con una resaca gigante no podía dormir al darme el solazo en la cara. Si, ayer bebí más de lo que la OMS aconseja para todo un año. Mi primera borrachera. Estoy buscando un hotel o habitaciones de alquiler que dispongan de una pequeña cocina o más baratas.

La comida mejora día a día. Los primeros días sólo comía en los chiringuitos para turistas y al tercer día estaba hasta las narices de fritos. Ahora ya conozco varios sitios donde se come estupendamente por entre 70 y 200 bahts. Por ejemplo, hoy me he comido un arroz con pollo, verduras y un huevo frito por 70 bahts, coca incluida. Y ayer cene un pollo al curry, también muy bueno, por 300 bahts, con 4 heinekens incluidas.

Aunque hay de todo, en general recomiendan pescados, verduras y carne de pollo y cerdo. Dicen que es difícil encontrar buena carne de vaca. Los tais comen todo el día en pequeñas cantidades y en la calle hay permanentemente peña picando. Ayer, a eso de las tres de la mañana, un inglés se compró en un puesto ambulante un pincho de lo que parecían ser pequeños saltamontes y otro con alitas fritas. En los 7 eleven, abiertos todo el día, también hay un permanente trasiego de gente comprando comida y prácticamente hay uno en cada manzana.

Mañana empiezo las clases de inglés, con un profesor particular. Me cuesta una pasta pero no he encontrado un curso que empiece ahora. Bueno digo que me cuesta un pasta en comparación con lo que cuestan aquí los cursos normales. 11 € / hora, con profesor inglés para mi solo seria un buen precio en España. De momento he contratado sólo 20 horas. No sabía si aquí existía visado de estudiante, como en muchos otros países y no, no existe. La directora de la escuela llamo a la policía para preguntar. Si hubiera sido posible me hubieran hecho un certificado como que estaba estudiando tai.

Hay un montón de extranjeros viviendo aquí y casi todos hombres. Es lo que tiene pensar con el pene. El jueves conocí a uno de los pocos españoles que hay, turistas a parte. Juan, un simpático profesor jubilado que lleva seis años aquí y al que se le ve feliz de vivir aquí.

Y móvil, ya tengo móvil, aunque sólo sirve para llamadas en Tailandia. La tarjeta me costo 50 bahts y un nokia de segunda mano, 10€

Mañana más.